CTC muestra ante expertos internacionales sus desarrollos para mitigar los efectos de la corrosión sobre las estructuras expuestas al medio marino

  • El Centro Tecnológico está ejecutando dos proyectos europeos para desarollar recubrimientos innovadores que minimicen el impacto de este fenómeno.

  • La corrosión marina provoca un coste anual que oscila entre 2.2 y 2.5 billones de dólares.

  • El I Simposio Internacional sobre Corrosión Marina muestra una visión actualizada sobre los desafíos industriales y científicos que plantea este proceso.

El Centro Tecnológico CTC ha presentado ante diversos expertos internacionales su capacidad para desarrollar diferentes soluciones innovadoras que ayuden a mitigar los efectos de la corrosión sobre estructuras de acero expuestas al medio marino. Alguna de ellas, como los recubrimientos desarrolados en el seno del proyecto europeo MAT4OEC, protegerán las instalaciones offshore de la corrosión durante más de 20 años. Gracias a este avance, se mejorará la resistencia al medio marino, con lo que se podrá optimizar el mantenimiento de las estructuras situadas en el mar y mitigar el efecto de un fenómeno que destruye anualmente el 25% del acero que se produce en el mundo.

CTC ha expuesto estos avances durante el I Simposio Internacional sobre Corrosión Marina, celebrado en el salón de actos del Parque Científico y Tecnológico de Cantabria. Se trata de un encuentro técnico al que asisten representantes de toda la cadena de valor de sectores tales como la construcción naval y la energía offshore, cuyo principal objetivo es proporcionar una visión actualizada sobre los desafíos industriales y científicos que plantea la corrosión en el ámbito marino.

Álvaro Rodríguez durante su intervención.

Álvaro Rodríguez, coordinador del área de Industria y Energía de CTC, ha explicado ante los ochenta asistentes cuáles son las capacidades actuales del centro en este ámbito. “Estamos desarrollando nuevas soluciones que consiguen alargar la vida de la estructuras que están en el mar” explicó Rodriguez. “Y si conseguimos esa prolongación, reducimos el coste de la energía y posibilitamos que entre más energía renovable marina en el pull energético, con la consiguiente reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera”.

Actualmente, CTC trabaja en diez proyectos innovadores relacionados con la corrosión marina.Investigaciones como MAT4OEC, una iniciativa europea liderada por CTC, que cuenta con 1,1 millones de euros de presupuesto y con la participación de trece entidades procedentes de España, Reino Unido, Irlanda, Suecia y Bélgica; o Innopaint, en donde el Centro Tecnológico lidera una de las tres líneas de desarrollo investigación para diseñar desarrollar pinturas anticorrosivas, inteligentes y multifuncionales, avalan la capacidad del centro cántabro en este campo. “Desde hace cinco años, CTC identificó la corrosión marina como un campo de estudio estratético” matizó.  “A partir de ese momento, hemos ido evolucionando tanto con la incorporación de equipamiento como con la contratación de personas con amplios conocimiento en este campo” comentó Rodríguez.Álvaro Rodríguez, coordinador del área de Industria y Energía de CTC, ha explicado ante los ochenta asistentes cuáles son las capacidades actuales del centro en este ámbito. “Estamos desarrollando nuevas soluciones que consiguen alargar la vida de la estructuras que están en el mar” explicó Rodriguez. “Y si conseguimos esa prolongación, reducimos el coste de la energía y posibilitamos que entre más energía renovable marina en el pull energético, con la consiguiente reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera”.

Además de los conocimientos y la experiencia investigadora necesaria, CTC dispone de una instalación puntera a nivel internacional para realizar ensayos relacionados con la corrosión marina. El MCTS El Bocal es una instalación de ensayos que forma parte de MaRINET2, red europea de infraestructuras de investigación para el desarrollo de sistemas en el campo de las energías renovables marinas.

El laboratorio marino ofrece tres condiciones de ensayo (sumergida, mareal o salpicadura) en una zona de mar abierto, lo que confiere a los ensayos un alto grado de replicabilidad de las condiciones con un ambientales idéntico al que soportan las estructuras offshore en operación. “Es un paso que muy pocos centros en España realizan porque no hay otras instalaciones como ésta” dijo Rodríguez.

Su singularidad ha convertido la instalación en la más demandada de la segunda convocatoria de la red MaRINET2 y no ha pasado desapercibida para la industria. De hecho, actualmente seis clientes nacionales y extranjeros están ensayando sus muestras en el Bocal. Pinturas HEMPEL con quien CTC está desarrollando un estudio es un ejemplo de ello. “La colaboración con CTC nos ayuda mucho porque nos da una visión diferente, nos ofrece equipos de ensayo distintos y nos pone en contacto con clientes finales” argumentó Santiago Arias. Para el director de I+D+ de Pinturas Hempel, “es un colaboración win-win en donde todos salimos ganando”.

Ponentes participantes en la jornada.

Desafío internacional

La corrosión marina es un reto multisectorial de escala mundial. “Es parte del core-business de Hempel” comentaba Arias. “Nosotros tratamos de buscar es soluciones más duraderas y más económicas para nuestros clientes finales” concluyó. En el mismo sentido, Pedro María Alonso Muñoz, gerente de Calidad de la subestación offshore East Anglia 1 de Iberdrola, indicó que “estamos intentando investigar mayores avances tanto en protección directa, con recubrimientos innovadores, como en protección indirecta con nuevas soluciones de ingeniería y nuevos materiales más específicos”.

Además del innegable impacto ambiental que provoca en los recursos hídricos, este fenómeno genera un elevado coste económico. NACE International, principal autoridad mundial en el campo de la corrosión, calcula que el coste asociado a este fenómeno oscila entre 2.2 y 2.5 billones de dólares al año. Esta cantidad supone más el 3% del PIB mundial. Del mismo modo, estudios realizados por organizaciones de referencia internacional, como la World Corrosion Organization, indican que sería posible reducir este coste entre un 15 y un 35 por ciento aplicando las técnicas existentes hoy en día para el control de la corrosión.

Jornadas como ésta contribuyen a acercar posiciones entre todos los agentes implicados en el sector. “A veces se nos queda el corazón roto porque pensamos que otros países europeos llevan la bandera de la innovación” dijo Alonso. “Sin embargo, nosotros lo tenemos allí y lo estamos haciendo igual o mejor que otros” argumento el representante de Iberdrola en relación a CTC y a otros centros de investigación. “Yo creo que es un gran orgullo para Cantabria, incluso para Europa, el que haya centros de investigación como CTC punteros en estos temas”.

El I Simposio Internacional sobre Corrosión Marina se completará con una visita tanto al Laboratorio Marino MCTS El Bocal como a la empresa Degima. Allí tendrá lugar una demostración de una técnica innovadora, denominada TSA (Proyección térmica de aluminio) para mitigar los efectos de la corrosión marina.