Innovar o morir
Decía Mark Twain que “un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa”. Los que trabajamos para que innovar sea uno de los ejes transversales de nuestra actividad económica nos encontramos con esa realidad prácticamente a diario. A pesar de ser un concepto que aparece prácticamente en cualquier discurso económico o empresarial de los últimos meses, la realidad es que la innovación sigue siendo una perfecta desconocida para buena parte de nuestro tejido productivo.
Ni la inversión pública, todavía muy lejos de la meta del 2 % del PIB plasmada en el Plan Estatal de Investigación Científica, ni las cifras de inversión privada que refleja la última edición del Informe COTEC son suficientes. Es verdad que los datos indican cierta aceleración del sector empresarial en lo que a su apuesta por la innovación se refiere. Sin embargo, en muchas ocasiones, las empresas se encuentran con obstáculos inherentes a su propia fisonomía y no son capaces de rentabilizar al máximo las partidas invertidas.
Cabe recordar que el tejido empresarial de Cantabria está compuesto mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas. Las pymes aportan valor y riqueza al territorio gracias a su tracción en el desarrollo industrial y a su capacidad para crear puestos de trabajo estable. Sin embargo, en muchas ocasiones, su propia estructura les impide disponer de los recursos necesarios para implementar proyectos de I+D+i que les ayuden a mantener, o incluso incrementar, su competitividad.
Actualmente, el 85 % de nuestro patronato está compuesto por pymes y el 70 % de los proyectos de innovación que ejecutamos están dirigidos a empresas de este tipo. Nuestra razón de ser, así se recoge en nuestros objetivos fundacionales, es convertirnos en el socio tecnológico de todas aquellas entidades con inquietud y ADN innovador. Sean grandes o pequeñas. Tengan más o menos recursos. Lo realmente importante es que consideren la innovación como un eje estratégico dentro su organización.
En CTC estamos convencidos de que la innovación es patrimonio del territorio en el que se ejecuta. No solo porque resulta un factor indispensable para generar nuevas oportunidades de negocio, sino también porque contribuye a generar empleo de calidad y a dimensionar el tejido empresarial. Nuestros proyectos aportan riqueza y valor, al tiempo que promueven la progresiva implantación de un modelo económico basado en la Ciencia y la Tecnología.
Necesitamos que la cultura innovadora se instale de forma definitiva en nuestro sistema productivo y que la aplicación de la I+D+I a procesos y productos se convierta en una constante. La obligada reconstrucción que deben afrontar muchos sectores azotados por la crisis del Covid-19 es una ocasión magnifica para ello. Conocimiento e innovación deben ser nuestras mejores armas.

Edificio CTC
Si algo hemos aprendido desde que comenzó nuestra andadura, hace ahora 20 años, es que innovar es un verbo que se conjuga mejor en plural. En CTC disponemos de una amplísima red de contactos regionales, nacionales e internacionales que nos permite enriquecer y perfeccionar las soluciones que ofrecemos a nuestras empresas. Todo un ecosistema de agentes innovadores que complementa nuestras capacidades y nos obliga a mejorar día a día.
Hace mucho tiempo que la innovación dejó de convertirse en una opción para ser una obligación. Nuestra región y nuestro país deben apostar por un plan a diez años que estimule la inversión en I+D+i e incentive la implantación de una cultura empresarial mucho más innovadora. El momento es ahora. Toca innovar o morir. Atrévete a innovar con nosotros.
Beatriz Sancristóbal Marcano
Directora General del Centro Tecnológico CTC