“La innovación no es un opción, sino una obligación para garantizar la sostenibilidad del tejido productivo en Cantabria”
La innovación es la palanca tractora capaz de convertir la crisis económica provocada por el COVID 19 en una oportunidad para reformular, modernizar y optimizar los eslabones más endebles de los distintos sectores productivos. En el escenario actual, en el que la crisis sanitaria aún no está resuelta y todos los expertos prevén cierta desaceleración económica, prácticamente todas las empresas están obligadas a incorporar planteamientos innovadores para garantizar su sostenibilidad a medio plazo. “La innovación ya no es una opción para ganar cuota de mercado, sino una obligación para no echar el cierre”.
Beatriz Sancristóbal, directora general del Centro Tecnológico CTC, destacó el valor de la innovación como elemento estratégico para sostener la competitividad de las empresas durante su intervención en el encuentro empresarial “Innovar para triunfar: El rol de la innovación en el contexto actual”. La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), en colaboración con el propio CTC y Viesgo, han sido los promotores de este foro, que se ha desarrollado en el hotel Bahía de Santander y en el que han participado alrededor de 80 directivos empresariales.

Sancristóbal durante su charla. Foto Pablo Madariaga.
La ponencia de Sancristóbal hizo especial hincapié en la situación actual que atraviesa el tejido empresarial de la región, compuesto mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas. La crisis sanitaria ha acelerado los procesos de innovación en prácticamente todo el tejido productivo por lo que Sancristóbal fue tajante: “Tenemos una oportunidad inmejorable para incrementar la innovación en Cantabria, siempre y cuando estamos convencidos de que tiene un impacto directo en la economía, la competitividad y la productividad industrial”.
Con la premisa de que la innovación no es patrimonio de las grandes corporaciones, la directora general del único centro tecnológico de Cantabria tendió la mano a todas las organizaciones de la región para que se “atrevan a innovar”. “Nuestra razón de ser es convertirnos en el socio tecnológico de todas aquellas entidades con inquietud y ADN innovador. Sean grandes o pequeñas.” explicó la directiva de CTC.
Además de conocimiento y experiencia en materias como la inteligencia artificial, los gemelos digitales o la nanotecnología, abrazar los postulados que definen una cultura empresarial fundamentada en la innovación requiere apostar por el trabajo colaborativo. Sancristóbal explicó que CTC pone a disposición de las empresas de la región una amplísima red de contactos regionales, nacionales e internacionales para enriquecer y perfeccionar las soluciones innovadoras. “En CTC creemos que la innovación es patrimonio del territorio en el que se ejecuta y Cantabria tiene todos los ingredientes para incrementar sus ratios en este aspecto. Tenemos una buena universidad, un sector sanitario de referencia, un centro tecnológico y talento para explotarlo. Ahora es el momento de hacerlo”.
Tras repasar las características principales de proyectos europeos como MooringSense, ACORN, GreenPatrol o Marinet2, y de significar que CTC es centro de excelencia CERVERA para el desarrollo de modelos y gemelos digitales industriales, Sancristóbal detalló algunos casos de éxito relacionados con los procesos de transferencia tecnológica. El proyecto Predicor es un ejemplo idóneo de este sistema de trabajo. La compañía Viesgo ya está trabajando para integrar las bases asentadas por esta investigación en su modelo de mantenimiento predictivo. La investigación, cuyo objetivo principal fue minimizar los efectos negativos producidos por la corrosión en torres de acero con estructura en celosía mediante el desarrollo de un diseño adecuado y un plan de mantenimiento óptimo, concluyó con plena satisfacción por parte de todos los integrantes del consorcio.

Vista general del salón.
Foto Pablo Madariaga

Rosa García.
Foto Pablo Madariaga
La jornada contó con la participación de Rosa García, consejera de Mapfre, Tubacex y Sener como invitada principal. García explicó que la pandemia ha demostrado que las empresas tiene capacidad para maniobrar con mucha más urgencia de lo que pensaban y que muchas de ellas, especialmente las más grandes, están abrazando las soluciones digitales como vía para mantener la competitividad. “Esta circunstancia, aplicada a los procesos industriales, está promoviendo las relaciones con los centros tecnológicos”. En ese sentido, la ponente abundó en los planteamientos realizados por Sancristóbal e indicó que “es el momento de crear un ecosistema de empresas que trabajen juntas para encarar la época pos-COVID con más fortaleza de la que tenían antes”.
A lo largo de su intervención, Rosa García defendió el empleo de la tecnología como una herramienta facilitadora para conseguir una ventaja competitiva que permita a las empresas crear valor. “Los empresarios deben dejar de ver la innovación únicamente como una forma para ahorrar costes y comenzar a verla como un requisito para competir en mejores condiciones” continuó. “Si no se entiende así, el riesgo que asumen es enorme”.

Miguel Antoñanzas.
Foto Pablo Madariaga.
El encuentro, primero presencial que organiza APD desde el verano, se completó con la intervención de Miguel Antoñanzas, presidente de APD en Cantabria y de la compañía Viesgo. “La pandemia está transformando la sociedad y nos está obligando a acelerar la innovación” indicó Antoñanzas. El directivo incidió en la ocasión de oportunidad que tiene por delante el tejido empresarial e industrial. “Las empresas debemos hacer nuestra parte” continuó. “Estamos obligados a afrontar este reto para no perder competitividad. Y para eso debemos apoyarnos tanto en la formación como en la innovación”.
Con anterioridad a esta cita, celebrada con un estricto protocolo de seguridad sanitario, se llevó a cabo el primer Consejo Rector de APD en Cantabria tras las vacaciones estivales. Durante el consejo se ha comentado que, a pesar de la actual crisis sanitaria y económica, el balance del primer semestre es muy positivo. Los datos en Cantabria se resumen en cuatro actividades presenciales con 351 asistentes y siete actividades online con más de 400 asistentes conectados, superando además la cifra de personas que han participado en nuestras actividades el año pasado. Además, se han incorporado a la zona cinco nuevos socios a lo largo del año.