Investigación e innovación para ganar la batalla a la corrosión
La corrosión es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las plataformas ubicadas en el ambiente marino. Supone un gran gasto económico, ya que afecta a las estructuras de acero y provoca que sus propiedades físicas disminuyan, dañando por completo la estructura, su estabilidad y, por ende, provocando numerosos riesgos.
El principal reto de la corrosión es que no se puede eliminar, no es un proceso que se pueda detener. Sin embargo, sí que se puede mitigar y minimizar los daños que provoca, y las nuevas tecnologías suponen un gran avance para conseguir que los efectos de la corrosión sean cada vez menores. Por ello se están llevando a cabo numerosas investigaciones a nivel mundial con el objetivo de continuar ganando la batalla contra la corrosión.
Uno de los campos donde más investigaciones se están desarrollando es en el de las pinturas. Sirven como barrera protectora frente al ambiente marino y son uno de los métodos más utilizados para controlar los daños en las estructuras. Las innovaciones desarrolladas dentro de este ámbito han llevado a la creación de lo que se conocen como recubrimientos anticorrosivos inteligentes, pinturas a las que se han modificado sus propiedades a través de la tecnología para que cuenten con prestaciones mejoradas.
Un ejemplo es la integración de nanopartículas en las pinturas tradicionales. Esto quiere decir que se añade una protección extra a la propia barrera que ya supone la pintura en solitario que, llevado al ámbito de la corrosión, supondría un escudo mayor para mitigarla. Asimismo, también se están desarrollando pinturas que cuentan con agentes regeneradores. De esta manera, en cuanto hay un daño en el recubrimiento, este se regenera para seguir ofreciendo protección a la estructura y extender su vida útil.
El Centro Tecnológico CTC cuenta con una amplia experiencia desarrollando pinturas y recubrimientos innovadores con capacidades mejoradas contra la corrosión, así como también antifouling, otro de los elementos del ambiente marino que causan daños en las estructuras metálicas.
Otra técnica que sirve para mitigar la corrosión es la de los ánodos de sacrificio. A través de este método, se colocan sobre la estructura metales más activos que el acero, como el zinc, el aluminio o el magnesio, que se convierten en una barrera contra la corrosión. De esta forma, son estos metales activos, conocidos como ánodos, los que se degradan en lugar de la infraestructura, proporcionando así una mayor protección.
Ambas técnicas son muy utilizadas y cuentan con cada vez un mayor nivel de innovación, que mejora sus resultados de protección, por lo que combinar ambas técnicas es el enfoque de muchas investigaciones actuales. El desarrollo de recubrimientos metálicos pintados es esta solución que combina el uso de pinturas con la aplicación de metales más activos que el de la estructura, proporcionando de esta manera dos barreras: una física y una activa; una de protección y una de sacrificio.
A pesar de que la corrosión continua siendo un problema, estas soluciones innovadoras y las nuevas tecnologías nos permiten avanzar en el control y la gestión de los daños que causa, lo que supone una gran ventaja tanto a nivel económico como de seguridad. La finalidad es conseguir una técnica lo más fiable y duradera posible, y todas las investigaciones que se están llevando a cabo van consiguiendo ganarle terreno a la corrosión.
Project Manager del Área de Industria y Energía
Centro Tecnológico CTC