El valor de realizar el Trabajo de Fin de Máster en un ambiente laboral real

Todos los proyectos empiezan con unos “garabatos” en el papel. Una idea vaga de lo que quieres conseguir, de aquello que quieres llegar a desarrollar, pero sin demasiada profundidad ni organización. Unos meses más tarde, esas pocas palabras escritas en un papel se ven materializadas en un proyecto real, en una iniciativa ya ejecutada que te llena de ilusión y orgullo.

Así es como empieza también el Trabajo de Fin de Máster (TFM). El proyecto más valioso de todo estudiante y, a su vez, el que más carga conlleva. Se trata de la toma de contacto más directa que tenemos los alumnos con una iniciativa laboral real, un reto que se asemeja a los que nos vamos a encontrar fuera de la universidad una vez integrados en el panorama empresarial.

Por ello, tener la posibilidad de realizar el TFM en un entorno laboral es una oportunidad muy provechosa. La experiencia de los profesionales que te rodean y te apoyan, la especialización e instalaciones de la entidad, y las actividades extras a los que estás expuesto directa o indirectamente van a influir sobre el desarrollo de tu trabajo. Todo ello va a ser un aliciente para que el “garabato” del papel se convierta en un proyecto real y funcional.

Gracias al Programa de Orientación Profesional – POP, yo he tenido la oportunidad de llevar a cabo mi TFM en el Centro Tecnológico CTC. Mi investigación ha tenido por objetivo desarrollar un sistema de mantenimiento predictivo de los motores eléctricos industriales. Más concretamente, el proyecto planteaba utilizar la tecnología de los gemelos digitales para conocer en todo momento el estado de los aislamientos que recubren y protegen estos motores. Al generar una representación virtual de los elementos podemos calcular su vida útil remanente y anticiparnos de esta manera a los posibles fallos y errores antes de que sea demasiado tarde.

En este sentido, la experiencia y bagaje profesional que tiene el Centro en tecnologías de vanguardia como los gemelos digitales, la simulación avanzada y la inteligencia artificial han sido un apoyo clave para el desarrollo de mi investigación. Asimismo, también ha supuesto una experiencia inigualable de crecimiento personal el trabajar en un ambiente laboral real. Un entorno en el que he tenido que organizarme correctamente para poder investigar, extraer y elaborar la información que el proyecto requería.

Llevar a cabo un Trabajo de Fin de Grado o un Trabajo de Fin de Máster en una entidad del sector es un añadido de alto valor a nivel profesional y personal. Al final, ofrece una dimensión y un carácter al trabajo que de otra forma no tendría. Si bien no es una necesidad, supone una gran ventaja que todo el mundo debería tener en mente.

Alberto Ortiz Jaén

Máster Universitario en Ingeniería Industrial

Universidad de Cantabria