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CTC trabaja en un demostrador para evaluar el rendimiento de nuevas tecnologías de ahorro de agua en reservorios agrícolas

El Centro Tecnológico CTC aporta su especialización en instalaciones flotantes fotovoltaicas y medios acuáticos dentro del proyecto europeo LIFE H2OLOCK. Una iniciativa de carácter internacional que tiene por objetivo reducir la evaporación del agua de los embalses agrícolas hasta un 80%. En concreto, el único centro tecnológico de la región ha llevado a cabo hasta ahora una mejora exitosa tanto en el diseño de las cubiertas flotantes como en las delimitadoras de las mantas que se utilizan como barrera protectora para frenar la pérdida de agua. Actualmente, los investigadores del Centro han culminado la fase de diseño y están desarrollando un sistema de monitoreo remoto para supervisar su desempeño ante efectos climáticos adversos.

Así lo han dado a conocer los responsables del proyecto en CTC, Alejandro Pérez, gestor de Proyectos de I+D+i, y Verónica González de Lena, responsable del área de Industria y Energía, durante la tercera reunión del consorcio de H2OLOCK. Un encuentro que ha contado con representación de todos los integrantes de la iniciativa en la sede del Centro en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria y que ha permitido a los partners de CTC conocer sus instalaciones y los laboratorios singulares. De hecho, infraestructuras como el MCTS El Bocal han suscitado notable interés por parte de los visitantes.

H2OLOCK está formado por un equipo interdisciplinar europeo, compuesto por seis participantes: Arana, empresa coordinadora del proyecto y pionera en Europa en la cobertura sostenible de balsas de agua para uso agrícola; la Comunidad de Regantes de Lorca (CRL), una de las mayores comunidades de regantes en España; la Asociación de Agricultores Portugueses Avipe, enfocada en el sector de la vid; la ingeniería Arada, especializada en infraestructuras hidráulicas con experiencia en proyectos de ahorro de agua y energía; la consultora Global Factor International, especializada en neutralidad climática y sostenibilidad; y el propio Centro Tecnológico CTC.

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Consorcio del proyecto.

La celebración de la tercera reunión de seguimiento en las instalaciones del centro cántabro ha facilitado que CTC haya mostrado el grado de avance en todas sus tareas asignadas de forma significativa. Una exposición en la que ha demostrado un progreso notable respecto del programa previsto.

Dentro de los hitos previstos en el proyecto, el centro cántabro está desarrollando actualmente un complejo piloto demostrador para la balsa de “La Jeresa” en Murcia. Se trata de uno de los reservorios de agua agrícola a los que tiene acceso el Consorcio y que está operada y gestionada por la Comunidad de Regantes de Lorca.

La instalación de monitorización en esta laguna implica la disposición de diversos sensores de medición del entorno acuático y atmosférico, que trabajan en condiciones ambientales muy exigentes y que reportan datos en remoto con un alto grado de precisión. Los datos son volcados en una plataforma telemática que permite el control de todas las variables en tiempo real.

Al margen del desarrollo del demostrador, en fases anteriores, CTC ya había mejorado el diseño de los módulos flotantes y mantas fotovoltaicas para embalses agrícolas. En concreto, optimizó la estabilidad contra el viento y desarrolló conexiones más resistentes entre las mantas. Asimismo, definió amarres mejores y más efectivos.

Todos los avances conseguidos por CTC facilitarán que el proyecto alcance los objetivos previstos antes del 31 de octubre de 2025, que es cuando finaliza el plazo de ejecución de esta iniciativa dotada con prácticamente 1,8 millones de euros. Además de reducir la evaporación de agua hasta en un 80%, la iniciativa pretende suprimir el crecimiento de algas sin emplear alguicidas y producir energía renovable para el sistema de riesgo. De este modo, además de reducir la presión sobre las masas de agua y fomentar una gestión sostenible de los recursos hídricos, se pretende facilitar la transición de la agricultura hacia un paradigma de eficiencia energética y climáticamente neutra. Un planteamiento que pretende paliar los 9 billones de euros anuales que pierde Europa por culpa de la sequía.